miércoles, 1 de abril de 2009

e a vida continúa...

e dun lado a outro andamos...
sen parar de descubrir lugares e xente que nos ensina unha chea de cousas...
la última comunidad que visitamos fue la de Santa Fé y como de las demás, volvimos encantadas y con un montón de cosas nuevas en la cabeza.

Esta comunidad se encuentra muy cerca de la frontera con Nicaragua y en los alrededores hay una gran extensión de humedales en los que se pueden observar muchas aves diferentes. Algunas de ellas desde el autobús (viaje que por otra parte no tiene desperdicio, como la mayoría de los viajes en bus de este país). Ya sólo el mero hecho de subirse en uno de los buses que hacen los trayectos entre Guatuso y las diferentes comunidades es genial. A mi los buses me recuerdan al bus escolar de los Simpson. Son amarillos y con la misma forma. Y la puerta se abre con una palanca (cuando se puede abrir y cerrar porque en muchos casos va todo el tiempo abierta y punto).
Además me imagino que son buses yankis que allí ya no quieren y que se los dan o venden a estos países (porque en Nicaragua son iguales). Y dentro tiene
n advertencias en inglés como la de no hablar al conductor o conductora o una de mis preferidas: aviso: autobús videovigilado con cámara. Que bien, vamos ahí subidas unas 100 personas y hay agujeros en el suelo del bus por los que ves las pedazo piedras del camino, pero si nos matamos mi familia podrá recibir el momento exacto en el que nos metemos la piña a cámara lenta. Me quedo mucho más tranquila.
Pues en Santa Fé estuvimos sólo un par de días, pero conocimos a mucha gente.

Y las mujeres del pueblo nos enseñaron a hacer pan. Fue una mañana muy divertida y me encantó ver cómo trabajan. Es una manera muy, muy artesanal de hacer pan. De hecho, cada día van cambiando un poco la receta de los panes y dulces, para ver cómo les sale mejor. Y cuando les sale perfecta se quedan con ella. Así, tienen como unas 10 recetas diferentes de cada cosa, dependiendo del día en que la hicieron (genial).
Y los hornos son barriles viejos de de lata en los que abren una
puerta que se cierra con un alambre todo doblijiteado. Dentro ponen leña y cada una trae la bandeja del horno de su casa.
Y allí se pasan media mañana y casi toda la tarde amasando pan y dulces (hacen hasta donuts). Comen juntas y hablan de un montón de temas. Dicen que además de un pequeño negocio (porque después van a vender los panes por el pueblo), es una pequeña terapia, porque allí tienen su pequeño espacio en el que conversar, contarse sus problemas, reírse...

Y nosotras intentamos ayudarlas amasando, haciendo empanadillas... se partían de risa de nosotras porque creamos un nuevo estilo para amasar.


Y después nos fuimos con nuestra mamá a venderlos por el pueblo y eso sí que se nos dio bien. Primero porque todo el mundo salía a vernos (éramos la novedad) y después porque somos unas enredadoras y les decíamos que eran especiales, que eran panes franceses y empanadillas gallegas y que como esos no iba a haber otros. Y claro, las mujeres encantadas con nosotras.

Dos nenas de Santa Fé.

Y ahora parece que empieza a llegar el verano (por fin). Hace mucho calor y hace unas tres semanas que no llovía (hasta hoy, que cayeron cuatro gotas a la tarde que agradecimos un montón porque refrescaron un poco el ambiente).
Así que una tarde nos fuimos a Fortuna al río. A una poza muy bonita que hay de camino a la catarata. El agua estaba preciosa, de color celeste y no había mucha gente, se estaba tranquila...
Allí había una cuerda para tirarse al río y al final Dedé y yo nos lanzamos a lo tarzán y con muy poco estilo (yo sin pensármelo mucho, como veis en el vídeo), porque allí los chavalillos hacían virguerías. Y cuando nos estábamos bañando se nos acercaron dos chico y nos llevaron a una especie de cuevita que se formaba debajo de la cascada. Muy pequeñita pero muy bonita, porque se veía el agua caer delante de nosotras y se podía escuchar el sonido del agua...
precioso, pero la verdad es que era un poco peligroso, aunque con los autóctonos allá nos metimos.
Y además fue precioso, porque fue el primer día que pudimos ver el volcán Arenal entero, sin nubes.



Y últimamente estamos recibiendo bastantes visitas en la casa. Aunque llegan sin invitación: una noche que estábamos en las hamacas bebiendo algo al entrar en la casa (en la oficina) nos encontramos una cobra pequeñita y a la noche Christian se encontró otra. Creemos que puede haber una mamá culebra cerca de la casa y que las crías se desorienten y acaben en la casa. Y las pobres que llegaron a nosotros se debieron desorientar mucho más porque Christian, para dejarlas fuera las lanzó rollo catapulta con un palo y a saber donde cayeron las pobres...
Y a los pocos días, en la mañana cuando ya llevaba un rato largo en la oficina, me encontré un escorpión moribundo en el suelo. Era pequeñito, pero me pegué susto (ya sabéis, el cine en muchos casos hace mucho daño). Y nos pasamos la mañana mirándolo.


Y mirad que fruta más rara comimos. Se llama caimito, es dulzona y cuando la comes se te quedan los labios pegados y no se quita ni con agua, ni jabón ni nada, sólo con las hojas del árbol. Cosas.



Un bico.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ja facia tempo que nom escribias! os teus fans precisamos de novas túas!
Que fame me entra de ver o pam e os pasteis, tes que montar umha padaria cando voltes a vila...ah, e que enveja de rio.
Um beijo moi grande e pasao moi bem!!!

rosinha dijo...

Ola!! por fin volves! eu doulle a razon ao afonso, espero que te quedaras ca receita para os donuts que tiñan unha pintaza!!
e a froita esa rara?? como que se quedan os beizos pegados??

beixos e a seguilo pasando ben!