miércoles, 17 de diciembre de 2008

xa estou aquí!

Eeeeeeeiiiii!!!
vexo que tedes mono de Costarriqueando, eh?
je, je...
pois aquí estou outra vez.
Perodade quetardara tanto en voltar a escribir, pe
ro a miña vida non é que sexa moi, moi movida estos días.
A chuvia segue sen dar moita tregua e coma as f
érias de nadal están á volta da esquina pois pasamos bastante tempo metidiñas na casa, aforrando cartiños.
Pero inda así facemos algunha que outra escapada...
Este fin de semana nos fuimos a San José (la capital) para celebrar el cumpleaños de Dedé.
El sábado a las 5.30 de la mañana nos cogimos u
n bus (sólo tuvimos que esperar 45 minutos) y a conocer mundo.
Y sí, hay vida a esas horas (y no vida nocturna como estamos acostumbradas a
ver).
La verdad es que íbamos un poco asustadas porque nos habían advertido que San José es una ciudad peligrosa, existe mucha delincuencia y no es muy segura para un@ extranjer@ (porque además se nos nota a leguas que no somos de aquí, aún no cogí bien el acento, je, je).
Y mi físico no se corresponde con el de l
a mayoría de las mujeres ticas. Normalmente visten muy apretadas y tienen unas tetas grandísimas. Tanto Dedé como yo nos fijamos en ese detalle y ninguna de las dos tenemos mucho parecido con los cánones de las mujeres de aquí.
Pero al ir a San José vimos una mayor variedad de gente. Porque en el pueblo donde vivimos casi todo el mundo viste igual, lleva el pelo igual y hu
ele parecido (utilizan mucho perfume porque para la sociedad tica la higiene es algo muy importante. Es una falta de respeto presentarte en público mal aseada)
En San José nos encontramos con muc
h@s rastas (existe una gran comunidad rasta en el Caribe, por la influencia de Jamaica), gente de diferentes estilos, pero sobre todo gótic@s! hay un montón! deben de estar de moda últimamente...

Pues de la ciudad no puedo hablar mucho. Es más bien fea. Bueno, en realidad es feísima. No hay ningún edificio destacable. Solamente el teatro nacional y está muy sucio.
Nosotras sólo nos movimos por el centro de
la ciudad, porque fuera de ahí San José es muy peligrosa y se entra en la denominada zona roja. Casi a diario se pueden leer en los periódicos casos de asesinatos por la espalda en plena calle, robos con violencia e incluso tiroteos en lugares públicos (restaurantes, tiendas).
Es de locos, y creo que la situación está yendo a
más, que la violencia crece.
Por eso nosotras íbamos bastante asustadas y
cuando llegamos a la ciudad (sin plano ni nada, que para eso somos unas aventureras) pues estábamos en un estado de desconfianza y miedo totalmente exagerado.
La ciudad es muy peligrosa, pero al igual que otra capital europea. Aquí es diferente, ya que reina un caos mayor, pero hay que tener el mismo cuidado que si vas a París, Roma o Barcelona.
Así que nos dedicamos a patear la zona centro de la ciudad y conocer un poco sus gentes, sus ritmos, sus olores...

En San José hay much@s vendedor@s ambulantes. Much@s. Que ofrecen sobre todo artesanía. Y por supuesto el top manta.
Pero puedes encontrar de todo: ropa, calzado, gafas de sol, complementos de todo tipo: bolsos, pulseras, collares, gafas...

Infinidad de baratijas.
A la hora de comer nos metimos en el mercado central y esa si que fue una buena experiencia.
Parece realmente un zoco árabe: pequeñas callejuelas laberínticas que
lo mismo te llevan a una pescadería como a un zapatero, costurero o a una casa de empeño. Y hay mucho ruido, mucha gente y muchísimos olores: ahora perfume, ahora pescado, ahora piel, ahora fritanga...
Allí hay muchos restaurantes d e comida
rápida (pero no en el sentido que nostr@s entendemos) es rápida, pero también es comida.



Puedes comer gallo pinto, un casado, sopas, albóndigas..
Otro día que no tenga qué contaros os hablaré de la comida costarricense.
Las camareras (casi siempre son mujeres) te llaman a gritos:
- Pasen adelante! - En que puedo servirles? -
Les atiendo con gusto...
- Aquí hay chance, un sitico para ustedes...
Dicen estas frases de requitilla, sin respirar, y muchas veces ni siquiera te miran cuando las dicen. Incluso hay veces que las dicen cuanndo ni siquiera hay gente!
Me encanta... por momentos me sentí como en Egipto o Turquía. Una locura.
También nos encontramos a la tarde un mercado de artesanía muy interesante con millones de cosas... mmmmmm... me imagino a mi ama allí enredando... la tendríamos que sacar a la fuerza.

Tuvimos la oportunidad de hablar con bastante gente. Es una po
blación muy abierta y sin querer te das cuenta de que llevas hablando con una persona que no conoces en plena calle más de media hora.
Una de las personas que conocimos fue una chica que trabajaba en una tienda y me hizo mucha gracia porque me preguntó:
- ¿Es cierto que en España a las 9 de la noche aún está el sol? Je, je... es que aquí a las 5.30 ya está oscuro... y no se lo creía.

Y cuando ya estábamos hartas de patear, nos fuimos para el albergue, que estaba muy bien, en el centro y con piscina y música reggae todo el día. Pero no sin antes pasar por el mercado para comprar algo de pan y un poco de cena y una botellita de ron, que la ocasión lo merecía. Nos encontramos un súper muy grande en el que había de todo: hasta jamon y chorizo y salchichón!!!
mmmmmm... que manera de salivar...

pero la loncha te salía a euro!!
así que nos cogimos un poco de queso y pavo y tan contentas...
Y a la noche en el albergue había mucha gente (también tenía bar) y allí conocimos a cuatro irlandeses majísimos con los que nos fuimos a una discoteca. Qué risas, l@s únic@s que no sabíamos bailar, nosotr@s. Pero como decía uno de ellos: que viva el freestyle!!!
El resto no os lo tengo que contar porque me conoceis y sabéis que lo di todo.
Bueno, pues así se nos pasó el fin de semana...
y para esta Navidad ya lo tenemos decidido, nos vamos 8 días al Pacífico Norte.
A ver si vemos un poco el sol.
Bueno, pues nada más por hoy.
boa noite e bicos grandes.

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